Cómo organizar y limpiar la casa en invierno
Organizar y limpiar la casa en invierno puede ser un gran desafío, y hay algunos cuidados que se deben tener en cuenta para el lavado de los tejidos más pesados, como alfombras, mantas y cobertores. Lo cierto es que esta época es más propicia para limpiar la casa en invierno y para la acumulación de polvo y humedad, condiciones perfectas para la aparición de ácaros y, consecuentemente, de alergias.
Es en esta altura del año que se recomienda hacer una limpieza general de los armarios, deshacerse de lo que no se usa, lavar ciertos cobertores y mantas que no ven la luz del sol desde hace unos meses, y organizar la casa.
Aquí te damos algunos consejos para organizar y limpiar la casa en invierno, y te explicamos cómo puedes lavar fácilmente alfombras, cobertores, mantas o cortinas.
Lo más difícil de limpiar la casa en invierno: la limpieza de alfombras
Dependiendo de las dimensiones y la delicadeza de las mismas, lo ideal será limpiar la casa en invierno y recurrir a empresas especializadas para lavar las alfombras de casa dos veces al año. No obstante, no siempre es fácil organizar los tiempos o invertir ese dinero. Para garantizar su mantenimiento en el día a día, estos son algunos trucos simples para limpiar la casa en invierno y lavar las alfombras en casa:
1- No barras las alfombras con la escoba. No solo no consigues eliminar la mayor parte de la suciedad, como te arriesgas a estropear la alfombra. Opta siempre por aspirarla, preferiblemente unas dos o tres veces a la semana.
2- Trata inmediatamente cualquier derrame o suciedad. Hay diferentes formas de tratar los diferentes tipos de manchas. Pero por regla general, cuanto más pronto se actúe, mejor. Si tuvieras dudas sobre cómo eliminar las manchas, lee atentamente las etiquetas y experimenta siempre primero en una área poco visible.
3- Si la alfombra cabe en la máquina de lavar ropa, sigue las instrucciones de lavado especificadas en la etiqueta. Si no cabe en la máquina de casa, siempre puedes optar por hacerlo en una lavandería self-service, que por lo general cuentan con máquina de mayor capacidad, además de con secadoras.
4- Una vez lavadas, asegúrate de que estén bien secas antes de volver a usarlas para evitar malos olores o manchas de humedad.
Los básicos de la limpieza de casa en invierno: cobertores, mantas, cortinas y ropa de cama
El invierno no es la mejor altura del año para lavar, ya que todo tarda mucho más tiempo en secar. Por ello te aconsejamos que planees con antelación el lavado de las ropas de cama, mantas, sábanas y cortinas, de manera que aproveches los días más cálidos que aún nos regala el otoño. Además, intenta buscar un espacio más soleado y en el que puedas estirar por completo los tejidos para evitar que queden humedecidos.
Ropa de cama – Si tienes en casa personas con alergias, se recomienda garantizar un lavado profundo de la ropa de cama usando un programa de la máquina que lave a altas temperaturas. Verifica siempre en la etiqueta cuál es la temperatura máxima a la que puede ser lavada cada tipo de tejido, usa un detergente suave y enjuaga bien.
Cortinas – Las cortinas acumulan polvo fácilmente y pueden ser un refugio para ácaros. Se recomienda que laves bien todas las cortinas de casa, a altas temperaturas, respetando las indicaciones de la etiqueta, y las instales una vez que hayas realizado la limpieza general de cada división. Así evitarás que el polvo levantado por la limpieza vuelva a impregnar los tejidos.
Mantas y cobertores – La manera más simple de lavar mantas y cobertores es a máquina, pero esto no siempre es posible debido a los tamaños de ciertas piezas. Sea a máquina o a mano, hay algunas recomendaciones que se deben tener siempre en cuenta: respeta siempre las indicaciones de la etiqueta, usa un detergente suave, enjuaga bien para evitar residuos de detergente, especialmente si lo haces a mano, y asegúrate de que están bien secos antes de guardarlos o volverlos a usar.
En definitiva, lo más importante es que limpies, organices y ordenes la casa a fondo una vez por estación. Y si esto no es posible, asegúrate de hacerlo, al menos, dos veces al año, ¡especialmente con la llegada de las épocas más frías!