Los beneficios de contratar un masajista terapéutico
El arte del masaje es una técnica manual de relajación y curación que tiene más de 5.000 años de antigüedad y son muchos los beneficios que nos ofrece. Contar con un masajista terapéutico nos aportará muchos beneficios. Ya en las civilizaciones antiguas, como la china o la griega, se usaba con fines terapéuticos para aliviar los dolores musculares y prevenir y curar la enfermedad. Hoy en día, también se ha hecho muy popular en nuestra sociedad y abundan diferentes tipos de masajes, procedentes de Oriente y Occidente y hechos por un masajista terapéutico.
El masaje terapéutico cumple una función estimulante del sistema inmunitario, ya que ayuda a eliminar las sustancias tóxicas de desecho que se acumulan en nuestros músculos debido a un esfuerzo excesivo, a la tensión o a la ingestión de una medicación continuada. Para ello, es importante contar con un buen masajista terapéutico.
A través de los distintos movimientos del masaje, como estirar, frotar, amasar…, los músculos van aligerando la tensión y se incrementa la circulación sanguínea; de este modo, se acelera el proceso de eliminación de desechos tóxicos y aumenta la capacidad de llevar nutrientes a las células.
Al mejorar la circulación, llega más sangre y oxígeno fresco a los tejidos, aumenta la producción de glóbulos blancos y rojos en la sangre, y mejora la circulación de los líquidos linfáticos. Todo ello ayuda a que el cuerpo se recupere más rápidamente de una enfermedad.
También está demostrado que el tacto del masajista terapéutico estimula el sistema inmunitario. El contacto físico equilibrado y curativo por parte de un buen masajista terapéutico al paciente es muy beneficioso, dado que la persona que recibe el masaje se siente cuidada y protegida por el masajista terapéutico. Además, en un ambiente relajado y con la ayuda del terapeuta pueden surgir emociones como la vergüenza, la culpa, el miedo y la soledad, y ser tratadas en la sesión. Recordemos que en nuestro cuerpo se albergan las emociones. Si liberamos nuestras emociones, liberamos de cargas a nuestro cuerpo.
Los beneficios, uno por uno
- Alivia la tensión muscular.
- Elimina el cansancio y renueva la energía perdida.
- Previene lesiones físicas.
- Calma los dolores de cabeza y de espalda causados por la tensión nerviosa diaria.
- Nutre y mejora la calidad de la piel.
- Mejora el humor, ya que, al recibir un masaje de un masajista terapéutico, nuestro cuerpo libera endorfinas, que nos proporcionan una sensación de bienestar y ayudan como analgésicos endógenos que eliminan de un modo natural el dolor.
- Mejora la autoestima.
- El contacto físico entre masajista terapéutico y cliente contribuye al equilibrio emocional, y esto reduce la ansiedad y la agresividad.
- Tiene un efecto sedante y relajante; calma la mente disminuyendo estados de estrés y combate el insomnio.
- Aumenta los niveles de serotonina, que actúa como neurotransmisor del sistema nervioso central haciendo que mejore nuestro estado anímico y combatiendo la depresión.
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